The Norwegian Captain Daland’s ship is sheltering in a coastal cove during a storm. Daland sends his crew to rest, leaving the watch to a sleepy Steersman. A ghostly ship appears in the harbor, and its captain goes ashore – as he would have it, thrown there by a sea that refuses to wreck him. The Dutchman is doomed to live forever. He can try to break the curse once every seven years by going ashore to seek a woman who would be faithful to him unto death. Daland sees the Dutchman go and, following him ashore, questions him. Hearing his tale and seeing the riches of his ship, he agrees to bring him home to woo his daughter. The storm subsides.

El barco del capitán noruego Daland está refugiándose de la tormenta en una caleta de la costa. Daland manda a su tripulación a descansar dejando al mando al dormilón Steersman. Un barco de aspecto fantasmagórico aparece en el puerto y su capitán se acerca a la orilla, al parecer llevado allí por un mar que se niega a hundirlo. El Holandés está condenado a vagar para siempre pero puede intentar romper la maldición una vez cada siete años atracando en tierra para encontrar una dama dispuesta a serle fiel hasta la muerte. Daland sigue al holandés hasta la orilla y allí lo interroga. Escucha su historia con atención y, al comprobar las riquezas que lleva en su barco, accede a llevarlo a su casa para que corteje a su propia hija. La tormenta amaina.

Senta and her friends are at work. The girls tease her for being so absorbed in the Dutchman’s portrait, and then ask her to sing his ballad. She jumps up and declares that hers will be the love that breaks the curse and saves him. Her suitor Erik (a hunter, not a sailor) entering with news of the sailors’ homecoming, asks Senta to plead his case with her father. She is evasive, preferring to sympathize with the picture she studies. Then he tells Senta about a dream in which he saw her father coming ashore with a ghastly stranger, and Senta embracing the stranger and sailing away with him. She avows that that is what she must do. He rushes away in despair. Daland enters and presents the Dutchman as Senta’s bridegroom. She is transfixed. The Dutchman is equally moved by the meeting. Daland is delighted that Senta has accepted the stranger’s request.

Senta, hija del capitán Daland, teje junto a sus amigas. Las muchachas se burlan de ella al verla tan absorta ante el retrato del holandés. Le piden que les cante su canción. Ella se levanta y declara que su amor será el que acabe con la maldición del holandés y al fin lo salve. Su pretendiente Erik, que es cazador y no marinero, entra con noticias del retorno del holandés y pide a Senta interceder por él ante su padre. Ella se muestra evasiva, prefiriendo concentrarse en el retrato del holandés. Erik le habla de un sueño que ha tenido en el que podía verla a ella abrazando y saliendo a navegar con un extranjero de aspecto cadavérico que había atracado en el puerto con su padre. Senta le confiesa que ese es su destino. Erik se va desesperado. Daland entra y presenta al holandés como el prometido de Senta. Tanto Senta como el holandés se sienten embelesados. Daland está encantado de que su hija haya aceptado la petición del extranjero.

Two ships are seen and a sailor’s song is heard. Daland’s crew tries to get the crew of the Dutchman to join their merrymaking, but there is no answer. The Norwegian crew begins to taunt the Dutch crew, and they finally appear and sing as bluish flames run up their sails. Daland’s sailors are terrified. Erik and Senta come out of the house. He reminds her of how she had received and encouraged his love. Now he is afraid she is possessed. The Dutchman, overhearing, bids Senta farewell, for he believes he is unloved. Erik and others try to hold her back from following the Dutchman, who proclaims his identity and puts out to sea. Senta breaks away and rushes to the cliff’s edge, calling out that she knows who he is and she will be faithful unto death. She casts herself into the sea. The ship sinks, the sea rises and the forms of Senta and the Dutchman float upward in the light.

Se ven dos barcos y se escucha la canción de un marinero. La tripulación de Daland intenta invitar a la del holandés a la celebración pero no recibe respuesta. Los noruegos comienzan a burlarse de los holandeses, que finalmente aparecen cantando mientras unas llamas azuladas recorren las velas de sus barcos. Los marineros de Daland están aterrorizados. Erik y Senta salen de la casa. Él le recuerda cómo ella había aceptado y apoyado su amor por ella pero ahora teme que esté poseída. El holandés los escucha y, creyendo que su amor no es correspondido, se despide de Senta. Erik y un grupo de hombres intentan retenerla y evitar que siga al holandés, el cual proclama su identidad y zarpa mar adentro. Senta logra liberarse y corre al borde del precipicio para gritar a los cuatro vientos que conoce quién es el holandés y que le será fiel hasta la muerte, tras lo cual se lanza al mar. El barco se hunde, la marea sube y se ven los cuerpos de Senta y del holandés ascendiendo a los cielos a la luz de la luna.