The villagers are coming in from a long, hot day. They enjoy hearing Adina read from the story of Tristan and Isolde and the magic love potion. Nemorino watches from a distance, yearning for even a word from Adina. He approaches her afterwards and professes his love. She shoos him away with brisk (and beautiful) words about the need for fickleness.

The army is in town. Sergeant Belcore enters, intent on storming the heart of Adina, the most beautiful and successful girl in town. She seems impressed. Nemorino is full of disgust and despair.

A cart pulls up carrying the Great Doctor Dulcamara, bearing pills and potions for every kind of ailment. He is most proud of his cure-all elixir. Nemorino approaches him quietly and asks whether he possesses the love potion of Queen Isolde. Absolutely, Dulcamara assures him. He will have damsels fawning over him. But he must wait a day for it to work. (Dulcamara has never heard of Isolde, the potion is a cheap Bordeaux, and the time would allow the Doctor to leave town.) He downs the flask and immediately feels robust enough to ignore Adina the next time he sees her. To get even, she consents to marry Belcore. Nemorino, horrified, begs her to wait another day.

Los aldeanos vuelven después de un largo y caluroso día. Están ensimismados escuchando a Adina leer la historia de Tristán e Isolda y la poción de amor mágica. Nemorino observa la escena desde lejos anhelando la atención de Adina. Decide acercarse a ella y profesarle su amor. Adina lo despacha rápidamente con bonitas palabras sobre la necesidad de ser voluble.

El ejército está en la ciudad. El sargento Belcore entra con la intención de conquistar el corazón de Adina, la más bella y exitosa chica del pueblo. Ella parece impresionada. Nemorino no puede soportar el asco y la desesperación que la escena le produce.

Una carreta llega con el gran doctor Dulcamara, que trae una ristra de pastillas y pociones para todo tipo de dolencias. El elixir que lo cura todo es su producto estrella. Nemorino se acerca silenciosamente y le pregunta si también vende la poción de amor de la reina Isolda. “¡Por supuesto!,” le asegura Dulcamara, “con ese brebaje todas las damas caerán rendidas a sus pies. Sin embargo, para que la poción haga efecto hay que esperar un día completo.” (El doctor Dulcamara jamás ha escuchado hablar de Isolda. La poción es un vino barato de Bordeaux y el tiempo requerido para que haga efecto le permitirá irse de la ciudad sin problemas.) Nemorino se termina la botella e inmediatamente se siente lo suficientemente fuerte como para ignorar a Adina la próxima vez que la vea. Para vengarse, Adina acepta casarse con Belcore, a lo que Nemorino responde con horror implorándole que espere sólo un día más.

Everyone is assembled for the wedding of Adina and the sergeant. Adina privately murmurs that she’s waiting to sign the marriage contract until Nemorino arrives. Nemorino seeks out the doctor to ask for another bottle of the elixir. Dulcamara agrees to wait until he can borrow the money. Belcore strides by, puzzled by Adina’s postponement. Nemorino laments that he is penniless. Belcore suggests he join the army and receive the volunteer bonus. Nemorino, jubilant, signs, and takes the cash back to Dulcamara for another bottle.

Suddenly the village girls surround Nemorino. He thinks this is the effect of the elixir; he does not yet know that his uncle has died and left him a fortune. Adina has felt responsible for his enlistment, but her guilty feeling turns to jealousy and sadness when she sees him with all the girls. Dulcamara offers her the elixir, but she assures him she can win Nemorino back on her own.

Nemorino was by no means indifferent: during all the confusion he noticed a tear upon Adina’s cheek. He is sure she cares for him. Adina approaches Nemorino and shows him that she has bought back his military contract. He feigns indifference, and she finally confesses her love. Belcore struts by, finds them together, and consoles himself by proclaiming that the world is full of women for him. Dulcamara redoubles his boasting: the magical elixir can make poor men into millionaires and can bring true love.

Todo el mundo se ha reunido para la boda de Adina y el sargento Belcore. Adina murmura que va a esperar para firmar el contrato matrimonial hasta que llegue Nemorino. Éste, por su parte, busca desesperadamente al doctor para pedirle otra botellita del elixir. Dulcamara acepta esperar hasta que Nemorino haya conseguido el dinero para pagarle. Belcore camina dando zancadas, desconcertado por la decisión de Adina de retrasar el casamiento. Nemorino se lamenta de que no tiene dinero y Belcore le sugiere alistarse en el ejército voluntariamente. Así recibirá una gratificación. Un exultante Nemorino firma para alistarse y se apresura a llevar a Dulcamara el dinero para comprar otra botella.

De repente, Nemorino se ve rodeado por todas las mujeres del pueblo y piensa que debe de ser el efecto del elixir. Todavía no sabe que su tío ha fallecido y le ha dejado una fortuna en herencia. Adina, por su parte, se siente culpable de que Nemorino se haya tenido que alistar en el ejército pero su sentimiento de culpa se convierte en celos y tristeza cuando le ve rodeado de todas esas mujeres. Dulcamara le ofrece el elixir pero ella le asegura que no lo necesita, que puede conquistar a Nemorino otra vez sin ayuda.

Nemorino en ningún momento ha estado indiferente al comportamiento de Adina y ha llegado incluso a ver una lágrima bajando por su mejilla. Está convencido de que le importa. Adina se acerca a Nemorino y le muestra la prueba de que ha comprado su contrato militar. Él finge indiferencia y Adina le confiesa su amor. Mientras se pavonea, Belcore los encuentra juntos y se consuela proclamando que el mundo está lleno de mujeres para él. El doctor Dulcamara redobla su fantochada: su elixir mágico no sólo puede convertir a pobres hombres en millonarios sino también proporcionar el amor verdadero.